Hace ya unos meses tuve una fuerte discusión con mi padre, esas eternas discusiones que ya han sobrevivido a años de cuestionamiento y pajas mentales que no vale la pena contar aqui, pero que sin embargo cabe destacar, que fue obra del típico "no hablarlo nunca". Más que típico.
La cosa es que restándole importancia a la discusión y entremedio de las defensas, escuché , una vez que ya había dado media vuelta y me disponía a encerrarme en mi habitación, cual niño chico que no le han dado permiso para salir a jugar a la pelota, el siguiente discurso de boca de mi padre: " Qué bonito, me muestra su enojo, me da la espalda sin ningún respeto, y más encima cierra su puerta de un portazo, a mí, yo, que desde un principio HE CUMPLIDO CON MI OBLIGACIÓN, de hecho siempre cumplí con mis OBLIGACIONES... en todo lo que respectaba a él (yo) , es un desprecio increíble.
Obligaciones, lo he escuchado siempre, como gran orgullo o requerimiento, o cuando se enrostra a esos padres que despues de tener la noticia que quizás nos debe entregar una de las más grandes dichas en la vida, el saber que seremos padre, arrancan a perderse, con ganas de que aquel coito, nunca hubiera ocurrido, o cambiarlo por el rutinario pero inofensivo batido en la mano. Se arrancó de sus OBLIGACIONES.
Ése es el problema, se transformó todo en obligaciones, no hay voluntad, no hay decisión, no hay querer ni deseos, lo cambiamos todo por obligaciones, de hecho lo autodenominamos, "cumplo con mis obligaciones", "cumplí con mis obligaciones", orgullosos.
Obligaciones, ataduras, ligados a los hechos, no me refiero a eso, no, me refiero claramente a empezar a sentir las cosas y los hechos, a valorar lo que nos pasa, venga por suerte, ignorancia o voluntad, a "querer " lo que nos pasa, a empezar a transformarnos en querer y sentir, y no en obligados a hacer, obligados a cumplir. Qué difícil, vivimos en eso, algunos más , otros menos, pero me di cuenta de algo, no quiero hacer sentir a nadie que estuve, amé, besé y sentí, por obligación, no , quiero descubrir la voluntad, la de verdad, esa que capaz que no conozca, esa que un amigo hace poco me desafió a definir. Las obligaciones son para los obligados a pagar, a arrancar, a obedecer o a mentir.
No quiero sentirme obligado a nada, pero por lo menos quiero empezar a no decirle a nadie que lo amé obligado. Y ese error es fácil de cometer, está a diario en nuestro discurso.
lunes, 2 de marzo de 2009
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me ahce recordar una discusion de un amigo que tuvo con su papa tambien en donde le decia que era facil hacerce cargo de quien debia hacerce cargo, aludiendo a algo que el le dijo, pero de todos modos es complicado por que para ejercer esa voluntad que buscas es necesaria la libertad primero que todo, y esa libertad al parecer es dificil de conseguir
ResponderEliminarAsi es mi amigo, estoy de acuerdo contigo, pero el camino a esa libertad, talvez, sea el que estamos tomando, aunque nos tome mucho tiempo, pero ahi es donde el valor de la paciencia deberá hacer lo suyo, quien sabe, por lo menos hacer cosas como esta nos despeja el camino, difícil, pero no imposible.
ResponderEliminares complicado lo de la paciencia tomando en cuenta las ds}istracciones
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